Los mayores hemos dedicado unas sesiones a aprender a medir nuestras pulsaciones. Primero en reposo, buscando el pulso del corazón, el pulso radial y el pulso carotídeo. Y después tras la actividad física de menor a mayor intensidad.
Aún tenemos que practicar mucho, pues ha sido un poco difícil concentrarnos cuando somos muchos en clase y nos entra la risa con el silencio general.
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